Mariano Fortuny. Los hijos del pintor en el salón japonés. 1874 RECUERDOS Recuerdo aquellas tardes de verano cuando parecía que el reloj no se movía y que iba a ser una niña durante toda la eternidad. Recuerdo el sonido de las chicharras mientras intentaba infructuosamente dormir una siesta impuesta por mi madre; ese calor y ese color que te ralentizaban los sentidos. Tempus fugit, pasa inexorable, amable y cruel en un efímero sueño. Pasa sin apenas percibirlo, dejando ese rastro de...